Entrevistamos a Lola Hierro.
Con 29 años, madrileña de nacimiento pero cántabra de adopció es Licenciada en periodismo, – el oficio más bonito del mundo – y ahora mismo está a punto de terminar el master de la escuela de periodismo del diario El País.
Además de escribir le gusta también la fotografía, y como muchos viajeros, tiene un blog donde escribe sobre sus aventurillas por el mundo y sobre todo lo que le parezca interesante, casi siempre relacionados con el periodismo y la fotografía. Se llama Desaprendiendo y está en www.reporteranomada.com
Pregunta. ¿Lo de viajar tanto es porque no hay quien te aguante mucho tiempo seguido por aquí?
Respuesta. Un poco sí, jeje, aunque sobre todo soy yo la que no me aguanto cuando paso demasiado tiempo sin salir. Me provoca ansiedad estar parada, la rutina me mata, así que aprovecho cada día libre que tengo y cada euro que ahorro para escaparme por ahí, aunque sea un fin de semana. Soy un culo de muy mal asiento.
P. ¿Te acuerdas del primer viaje que realizaste en solitario? ¿Cómo fue la experiencia?
R. Mi primer viaje en solitario fue a Nueva Orleans (EE.UU.) en marzo de 2004, y tenía 20 años. Fue bizarro: estaba haciendo prácticas en la sección de Sociedad de un periódico nacional, y mi jefe me dijo que un laboratorio nos invitaba a asistir a un congreso de cardiología muy importante en esa ciudad. Ninguno de los redactores hechos y derechos podía ir: o tenían demasiadas obligaciones com o para dejar una semana la redacción o no dominaban bien el inglés, así que solo quedaba yo. Me dijo: “si quieres ir, vete haciendo la maleta, porque sales mañana”. No tardé ni medio segundo en aceptar, claro. Es uno de los viajes que recuerdo con más cariño: no todo fue trabajar, asi que durante cinco días pude conocer la Nueva Orleans de antes del Katrina y me dejó fascinada por todo: su ambiente del barrio francés, su jazz, su comida, sus olores, sus entierros con música, su legado colonial, el vudú, los campos de arroz, el Mississipi… qué sé yo. Hasta me hice un tatuaje.
P. Ahora que no te oye nadie: ¿Se viaja mejor sola o acompañada? Y para que no nos salgas con eso de que “depende de con quién”, vamos a suponer que tu compañero de viaje es un tal George Clooney.
R. A lo mejor George Clooney es el peor compañero de viaje del mundo, no me vale por muy macizo que esté.. Sé que suena a topicazo, pero es que lo del “depende de con quién” es fundamental, es un asunto muy delicado lo de elegir a alguien, hay que tener ritmos parecidos. Una mala compañía te puede arruinar el viaje de tu vida, así que, ante la duda, prefiero no arriesgarme y viajar sola. Ahora, cuando se viaja con gente y se tiene buen rollo, la experiencia es infinitamente más divertida. Ahora mismo estoy en Bélgica con una amiga y estamos pasándolo en grande, pero por lo general, prefiero ir a mi marcha y no depender de otras personas, sin perjuicio de que luego conozca gente y me una a ratos a ellos.
P. ¿Cuándo te vas con tus amigos de viaje, prefieres encargarte tú de la planificación o dejarlo en otras manos (a pesar de que sabes que tú lo harías mejor ;))?
R. Generalmente prefiero encargarme yo de todo, soy muy mandona, he de reconocerlo. Aunque tampoco soy de planificar demasiado, cuando viajo con tiempo me gusta ir un poco a ciegas y que cada día sea una aventurilla.
P. ¿Es verdad eso de que las mujeres no se aclaran con los mapas?
R. No represento al colectivo femenino así que no hablaré por nadie, pero en mi caso, no es cierto. Me pierdo a veces, como todo el mundo, pero creo que tengo facilidad para orientarme y encontrarme rápido. No es un don, es algo que se adquiere con la práctica. Y me muevo bien sin necesidad de mapas, que conste también.
P. ¿Estás de acuerdo en que viajar abre la mente y te ayuda a conocerte mejor? ¿Crees que, en general, nos hace falta viajar más?
R. Estoy totalmente de acuerdo, pienso que hacer un viaje largo debería ser obligatorio para todo el mundo al menos una vez en su vida, te enseña, creo, a relativizar tus propios problemas, y aprendes mucho de otras personas y de ti mismo. Durante mis viajes he conocido gente tan buena, que me ha dado tanto sin tener ninguna obligación… Son recuerdos y experiencias que luego uno atesora toda la vida. Y claro que te enseña a conocerte mejor, pero hay que tener valor para enfrentarse a ello porque te puede ocurrir que encuentres cosas que no te gustan de ti. Yo ahora sé que para algunas cosas soy peor persona de lo que creía, o más bien que tengo defectos que no quería/podía reconocer antes, pero darme cuenta de eso me ha ayudado a intentar cambiarlo.
P. ¿Cuál es la mejor conversación que has tenido contigo misma durante alguna de tus jornadas viajeras?
R. Fue en Croacia, en marzo de 2010. Hice ese viaje con mis mejores amigos de la facultad en un momento de mi vida complicado, llevaba muchísima tristeza encima. Una tarde les dejé por ahí y me fui a una playa a las afueras del casco antiguo de Dubrovnik, me subí a una roca en la orilla del mar y me quedé como una hora mirando la puesta de sol para intentar meditar, ya que me lo habían recomendado. Me puse a pensar en todo lo que me había pasado en los últimos meses, en lo que había hecho mal, y lo que había hecho bien… mil cosas. Alcancé un estado de paz indescriptible, digamos que de alguna manera me liberé, solté lastre. Ese no fue el único momento, pero sí el más importante para mi. Volví a España siendo otra persona.
P. ¿Qué viaje planificarías para “tu peor enemigo”? ¿A dónde le enviarías?
R. A su casa. Para mi no hay peor viaje que el que nunca se llega a hacer, y no hay peor condena que una vida plana, sin emociones, sin pasión y sin aventura. A un enemigo no le desearía un viaje, porque de todos se aprende algo y de todos se sacan cosas buenas, incluso aunque sea el más desastroso.
P. ¿Cuál es el lugar donde nunca has estado y que más te apetece visitar (aunque sea sola, sin George Clooney al lado)?
R. Es que no hay uno solo, ¡hay miles! No me va a dar la vida para conocer todo lo que quiero. Si pudiera hacer un gran viaje de varios meses ahora mismo, me iría desde la Patagonia argentina hasta Canadá por carretera, parando en todas partes, en todos los países, ciudades, lugares interesantes…
P. ¿En qué lugar donde ya has estado no te cansarías nunca de repetir?
R. Creo que en los Balcanes. Los conozco poco y quiero seguir adentrándome en su historia, su cultura y sobre todo, su realidad. El mundo dejó que se mataran y se destruyeran y todos miramos para otro lado, sobre todo Europa. Me parece una de las grandes injusticias de la historia reciente. Y así seguimos, ignorándoles.
P. ¿El lugar que más te ha sorprendido? ¿Y el que más te ha decepcionado?
R. El que más me ha sorprendido es Sarajevo y Bosnia en general, porque hay una atmósfera muy melancólica, y aunque las huellas de la guerra siguen presentes, los bosnios te cautivan porque son tremendamente optimistas. El que más me ha decepcionado es Vietnam. Está demasiado industrializado y sucio, y la gente no es muy amable.
P. ¿Qué tres lugares recomendarías visitar sin necesidad de salir de España? ¿Y del mundo?
R. De España: Cantabria, la mejor región del mundo. Luego Formentera, mágica, y luego el pirineo oscense, que es una pasada de bonito. Y me dejo las playas de Andalucía y las ciudades monumentales del interior. En realidad, España es un país tan lleno de contrastes y con tal riqueza cultural que un viajero podría pasarse toda la vida conociéndola y no se aburriría nunca. Tendemos a poner los ojos en países lejanos y exóticos, y a ignorar lo que tenemos más cerca. Es una pena.
De lo poco que conozco del mundo, yo siempre recomiendo la Bretaña francesa, los Balcanes e Indonesia. La primera porque es una región encantadora, llena de magia, de misterio, de tradiciones celtas… La segunda porque supone un impacto emocional tremendo, a mi me dio mucho que reflexionar, es melancolía. Y la tercera porque tiene lugares alucinantes, sin más, una naturaleza, una diversidad cultural… desde los orangutanes de Sumatra a los templos de Bali.
P. ¿En qué lugar te han tratado mejor? ¿Y el peor?
R. Donde mejor, en Laos. La gente es tan amable que te da hasta apuro. El peor, en Vietnam. Me decepcionó mucho la gente, salvo honrosas excepciones. Pero la sensación general que me llevé es que ven a los occidentales como billetes de dólar con patas y solo les interesas si pueden sacar algo de ti. Ya digo que no juzgo a todo el pueblo vietnamita, pero como la pregunta es de generalizar, pues así se queda.
P. ¿Cuántas fotos calculas que puedes llegar a tener?
R. Más de 50.000 seguro. Llevo haciendo fotos desde los 19 años más o menos, y no hago solamente fotografías de viajes. También uso mucho la cámara para mis reportajes, he fotografiado muchísimos conciertos, eventos de la familia propia y de algunas ajenas…
P. ¿Cuál es tu red social o aplicación móvil favorita para mantenerte en contacto cuando estás de viaje?
R. Yo soy una antigua y no uso internet en el móvil, así que de eso no sé. De red social, me quedo con Facebook, que es donde tengo a la mayoría de amistades. También uso Twitter cada vez más. Y como redes sociales para viajeros en ruta, me parece muy útil Couchsurfing.
P. ¿De dónde sacas el tiempo para viajar tanto? ¿Quién negocia las vacaciones con tu jefe?
R. Pocas veces he tenido que negociar con jefes porque me suelo buscar la vida para viajar en días libres, y porque ha habido viajes que han sido de trabajo puro y duro. El súper viaje a Asia lo hice cuando estaba en paro, el de Bosnia fue en una semana de vacaciones que me quedaba, el de Albania fue de trabajo, fui a ayudar en un documental, mi road trip por Francia lo hice mientras trabajaba, porque tenía un curro que me permitía hacerlo desde cualquier sitio y porque mi jefe de entonces era un tipo genial. Ahora estoy en Bélgica porque ando también haciendo un reportaje. Una se va sacando huecos y excusas de la manga.
P. ¿En qué lugar te han dado ganas de quedarte para siempre?
R. En Cantabria. El mundo es enorme y precioso, pero para ir de visita. Yo tengo muy claro que me costaría mucho vivir en un sitio lejano como Asia o América, donde además todo es tan diferente a lo que conozco, sé que me costaría adaptarme. Pero Cantabria me da paz, es mi sitio, el descanso del guerrero.