Fiestas Aracelitanas. Lucena, Sevilla, Andalucía. Primer domingo del mes de mayo.
Las Fiestas Aracelitanas están dedicadas en Lucena a la Virgen de Araceli. Se inician hacia mediados del mes de abril, pero su día importante es el de la romería, ese primer domingo de mayo. Se trata de un recorrido emotivo, sentido y colorista, de unos seis kilómetros, que lleva la virgen lucentina desde su santuario situado en la cercana Sierra de Aras hasta la Iglesia de San Mateo en el centro de Lucena.
Las Fiestas Aracelitanas fueron declaradas de interés turístico nacional en el año 2009. La Virgen de Araceli es la patrona del Campo Andaluz. Por supuesto, que las celebraciones tienen un marcado contenido religioso, pero los lucentinos aprovechas las fiestas para hacer pueblo con diferentes propuestas lúdicas o culturales que son esperadas todos los años para el cartel de las aracelitanas.
El viernes anterior al domingo del cortejo es el del pregón al que asiste la corporación. Es el momento en el que se nombran las damas de honor. A la reina de las fiestas, la llaman la Aracelitana Mayor.
El sábado es la jornada de fiestas dedicada a una multitudinaria ofrenda floral en la que se desarrolla un también colorista desfile de fieles y miembros de cofradías desde el Paseo de Rojas, camino del centro de la población. Muchos de los participantes se atavían con los trajes típicos lucentinos.
Para las mujeres, faldas a media rodilla y chaquetas en morado o verde oscuro, aunque en las últimas celebraciones de las Fiestas Aracelitanas, las chaquetillas han, literalmente, ‘explotado’ en un sinfín de colores, a cual más vistoso, desde comedidos azules a los verdes pastel o pistacho.
El día de la romería, el gentío es inmenso, formado por lucentinos, pero también por gentes llegadas desde los alrededores y de Sevilla y por familias y descendientes de lucentinos que tomaron el camino de la emigración, pero que vuelven para los días de las fiestas para volver a ver a los suyos.
La procesión se inicia a eso de las ocho de la tarde. 36 santeros llevan en peso el trono de la virgen, para, a las once y media de la noche, acceder a la Plaza Nueva de Lucena. A las doce de la noche, casi, tan tarde, la Virgen de Araceli, entra, por fin, en la Iglesia de San Mateo bajo un dosel de fuegos artificiales.
El domingo que sigue, al del primer domingo de mayo, toca el besamanos de la Virgen, el primer domingo de junio, la Romería de Subida de vuelta a su santuario. Lo más espectacular es el sentimiento de los lucentinos ante todo lo que ocurre a su alrededor en la fiesta. La viven con todo fervor.
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Lucena se va de fiesta aracelitana.