Fiesta de la Almudena. Madrid, 9 de noviembre.
Hay dos momentos del año, dos únicos momentos, en los que Madrid deja de ser una capital moderna, para ataviarse de pueblo y en los que sus gentes disfruten de sus paseos como si se tratara de una población de segundo orden de Castilla. Bueno casi, casi.
Esos momentos especiales suceden por San Isidro y cada 9 de noviembre cuando se celebra la fiesta de la patrona de Madrid, la Virgen de la Almudena. Madrid se levanta esos dos días con cara de pueblo y dispuesta a disfrutarlo.
Y es que por la Almudena, y nos referimos a su día, el centro de la capital se peatonaliza, se devuelve para el paso de la gente. Gentes vestidas a la antigua usanza, ataviados de chulapos y chulapas, con mantones de Manila, con organillos, como en San Isidro, sólo que tal vez en noviembre apetezca más disfrutar de la fiesta popular de otra manera. Hace frío y los puestos de feria de churros y demás son uno de los centros más deseados de los paseos y de las paradas.
Una de las paradas, porque las más frecuentadas son las procesiones y las comitivas de las cofradías que van a la Catedral de la Almudena, junto al Palacio Real, a cumplimentar, rogar, pedir, a su mediadora por excelencia.
La Virgen de la Almudena, tal y como se la puede ver en su imagen de talla, es una pieza de bulto medieval o renacentista, según las interpretaciones, una de las esencias del pasado árabe de la Villa.
De hecho, Almudena, el nombre, parece ser que proviene de almudaina, palabra árabe que significa la fortaleza, recinto militar musulmán que coincide con el espacio que hoy ocupa precisamente la catedral.
Sea como sea, la explosión de madrileñismo, que no madridismo, de religiosidad capitalina, con aires de pueblo, las procesiones, los festejos y actividades culturales paralelos en un día grande para la capital, bien merece una visita.
Si quieres ver Madrid de otra manera, acércate a la capital por la Almudena y déjate llevar.
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Un alojamiento recomendado es la Posada de Huertas, en la calle Huertas, 21, y el otro es el Cat’s Hostel, el Hostal de los Gatos, en Cañizares, 6, ambos en el centro para que puedas disfrutar de la fiesta a dos pasos.
Madrid, un día con cara de pueblo.