Semana Santa de Jumilla. Jumilla, Región de Murcia.
La Semana Santa de Jumilla en Murcia tiene sus peculiaridades, como sucede con casi cada una de estas fiestas religiosas a lo largo y a lo ancho de toda la geografía española. Se puede decir sin temor a equivocarse, que no hay dos semanas santas iguales, idénticas. Todas, fruto de tradiciones locales que se han ido sumando al cuerpo de la celebración a lo largo de los siglos y que le han aportado una identidad.
Y así, ¿qué puede encontrar un viajero inquieto en la Semana Santa de Jumilla que no podrá hallar en otras? Si nos acercamos a lo más popular, si buscamos eso, tendremos que pararnos en un detalle que ‘tiene tirón’ en la Región Murciana, tendremos que hacer referencia al encuentro del hornazo. Un pan, un curioso pan, en forma de lagarto al que se le ponen dos huevos duros en la boca y que la gente come fuera de la población.
Pero también hay singularidades que tienen que ver con el patrimonio religioso, los de las figuras y los tronos, además de algún desfile y la persistencia de una ‘Caramelada’ igualmente popular, como no podía ser menos.
La Semana Santa de Jumilla nació, con sus cofradías y con ese hornazo y con sus figuras y tronos únicos; en el siglo XVI. Sí, pero fue en 1848 cuando la Semana Santa jumillana se normalizó en todos sus escenarios y momentos como la puede ver cualquier viajero que la quiera descubrir. Es en 1848, cuando se concretan y desfilan nuevas hermandades y algunas definitivas que hacen cortejo con la Vera Cruz.
Pero la Semana Santa de Jumilla es bastante más, son también los actos previos y los que se celebran al mismo tiempo que los religiosos, culturales, nombramientos de nazarenos de honor, exposiciones, conferencias, conmemoraciones, todos dinamizados por la llamada Central de Hermandades.
En la Semana Santa de Jumilla participan más de tres mil nazarenos, que es decir, fue declarada de interés turístico en 1980 y de interés turístico nacional en 2003.
El inicio de las celebraciones arranca con el Viernes de Dolores y con un Viacrucis sentido y popular. El Domingo de Ramos representa el inicio, a su vez, de las procesiones. El Martes Santo es el momento de la Procesión del Silencio, la imagen del Santísimo Cristo de la Vida se pasea por las calles de Jumilla con un recogimiento y un silencio colectivos que sólo se rompe con el retumbar de los golpes de tambor.
El Miércoles Santo tiene lugar la Procesión del Jesús Prendido, con un trono del siglo XIX. El Jueves Santo, es el día de la Procesión de la Amargura, su trono es más antiguo, del siglo XV.
El Viernes Santo está reservado para la Procesión del Calvario en horas de la mañana, y por la noche, para la Procesión del Santo Entierro, ambas con tronos del siglo XVII.
La Procesión de Jesús Resucitado es, como es tradición, para el Domingo de Resurrección. Tras ella, un desfile en el que tiene lugar ‘La Caramelada’, el lanzamiento de kilos y kilos de caramelos entre los participantes igualmente expectantes.
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Semana Santa de hornazo y procesión.