La fiesta del Pino, dedicada precisamente a la Virgen del Pino, es una de las celebraciones más populares del Archipiélago canario.
Tiene lugar en los primeros días del mes de septiembre en una localidad del interior de la isla de Gran Canaria, y, más allá del fervor religioso, las conocidas como las fiestas del Pino son, sobre todo, su romería multitudinaria y una colorista ofrenda a la virgen.
Dos momentos de las celebraciones, que si bien es verdad que tienen un trasfondo religioso, también es cierto que en los últimos años se han convertido en eventos cuasilaicos que tocan esa fibra popular, un sentido paradeportivo y una esencia neofolclórica. Todo a una misma llamada que se repite independientemente de la implicación de cada cuál: ‘¡Vamos pa’l Pino!
Si quieres disfrutar de una fiesta canaria, si quieres dejarte arrastrar por ella y sentirla desde su mismo corazón, con sus gentes, haz lo que todos, sube en romería con la marea humana que cubre los 20 kilómetros que separan la capital de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria, y Teror, donde está la Basílica del Pino, y la imagen de la virgen, el día de la víspera de la celebración y no te pierdas la ofrenda.
La ofrenda es un espectáculo multicolor en el que se da cita toda la isla, con sus mejores galas, con lo mejor de cada sitio, lo canario, concentrado y en pocos metros. Se trata de un trayecto cortísimo que cubren 21 carretas, una por cada municipio grancanario, desde la entrada de la villa hasta la fachada del templo mariano.
La fiesta del Pino es una cita del calendario festivo que cubre un mes de celebraciones en la Villa de Teror y que representa una festividad del calendario insular que conmemora la aparición de la imagen de la virgen a finales del siglo XV, precisamente entre las ramas de un pino.
El milagro, porque fue milagro, no fue cosa casual. La conquista castellana de la isla de Gran Canaria apenas si había tenido frutos por falta de esfuerzos de los conquistadores y el territorio permanecía a medio conquistar allá por 1483. Los nativos aborígenes no se dejaban dominar.
La aparición de la virgen, como en otros casos, fue providencial y representó, según cuentan las crónicas un decisivo aliento para terminar la ocupación del país. Por cierto, la imagen fue descubierta por un obispo que permanecía atento y en vigilia y en horas de la noche.
Ahí es nada, pero las gentes que suben a la fiesta del Pino sólo saben de la oportunidad que se les abre para reivindicar una canariedad y para compartir tiempo y esfuerzo de caminata con los amigos y con los familiares. Ese es el valor, hoy, de la fiesta del Pino. La unión de las gentes.
¿Qué te parece? Y si quieres también puedes alojarte por unos días en cualquiera de los hostales en Gran Canaria, los disponibles, que son muchos, especialmente los de su capital, Las Palmas de Gran Canaria, que dista apenas 20 kilómetros de la Villa de Teror.
Hostales entresacados de la lista de alojamientos económicos del portal especializado Quehostales.com. Hostales en la capital grancanaria que recomendamos como el muy económico Alcaravaneras, junto a la playa del mismo nombre; o el Falow, no muy lejos, en la calle Alfredo Calderón.
Todos pa’l Pino.