¡Gora Gasteiz!, ¡gora Celedón! son los gritos festivos y multitudinarios con los que comienzan las fiestas de la Virgen Blanca en Vitoria, exactamente, exactamente el 4 de agosto. En la plaza de la Virgen, en el centro de la ciudad, se reúne un gentío inmenso que ha esperado todo un año para ver pasar al tal Celedón. Las de la Blanca, son una fiesta popular para este verano que no te puedes perder.

Celedón es un personaje popular caricaturizado como un pelele que se descuelga en tirolina desde el frente de la Iglesia de San Miguel hasta unas escalinatas donde una cuadrilla de ‘blusas’ y la policía municipal lo escoltan para garantizar su integridad de relleno de paja. La escena termina con un aurresku, el baile vasco ceremonial, en homenaje a Celedón. 

Es el minuto uno de las Fiestas de la Virgen Blanca, el pistoletazo al que sigue los descorches de cava, el encendido de puros y la búsqueda frenética de agua por las calles aledañas.

Unas veces se acierta a que los vecinos te arrojen agua por encima desde sus balcones, otras, si no hay suerte, el agua para refrescar se consigue de las fuentes públicas que ese día están también para éso.

Las Fiestas de la Virgen Blanca, en sí, son cortas, al menos si se las compara con otras del calendario festivo del verano hispano. Pero cortas no quiere decir menos intensas. Las de la Blanca, son apretadas, vibrantes, divertidas y se desperdigan en infinidad de actos en la calle, serios y menos serios, formales e informales. 

Los protagonistas de las fiestas son los ‘blusas’, vitorianos agrupados en cuadrillas que visten los trajes típicos y que dan color y relieve a todos los actos programados. Actos que se abren en el Casco Viejo como verbenas, como conciertos al aire libre, pero también como txarangas para chicos y grandes, entre mercadillos, casetas y todo tipo de atracciones de feria.

Las fiestas de la Virgen Blanca nacieron como una celebración religiosa y popular en 1884, de 1895 data la incorporación de la Procesión de los Faroles el día 4 que antecede al Rosario de la Aurora, en la jornada siguiente, dos momentos de las celebraciones recogidos, solemnes, que recuerdan la primera esencia de la fiesta ¡Ah! y la Misa Pontifical y la Previa, actos religiosos que sigue una población entusiasta y devota de sus tradiciones.

Y para los más chicos, el Celedón Txiki, el día 7 de agosto, una puesta en escena de la bajada de un pelele chico para los más chicos, que se completa con actividades por y para los niños. 

El día 8 de agosto, es, en cambio, el día de la nostalgia, es la jornada en la que se recuerda a los ‘blusas’ veteranos. Por Vitoria, se ve ese día a cuadrillas de vitorianos ataviados con la indumentaria que lucieron en su juventud o la que heredaron de sus padres.

El último día, el 9 de agosto, y, a modo de despedida de la fiesta, se sigue programando el denominado ‘Día guarro’. Sí, como lo lees, es el momento en el que las calles de Vitoria se llenan de cuadrillas llenas hasta el pelo de harina.

Te hemos dejado el día a día, casi el minutaje de las celebraciones de la Virgen Blanca de Vitoria. Pero te falta lo más importante, un alojamiento, un lugar en el que hacer las noches vitorianas de sus fiestas patronales. 

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¡Gora Celedón!, canta Vitoria.