La Encamisá, Torrejoncillo, Cáceres, Extremadura, Sábado inmediatamente anterior al 7 de diciembre.

La celebración de La Encamisá es una fiesta curiosa, original, llena de sentido y de sentimiento, que se organiza en la localidad cacereña de Torrejoncillo todos los sábados anteriores al 7 de diciembre, la fecha más cercana al día de la Inmaculada Concepción. 

Todo comienza a las diez de la noche en la Iglesia de San Andrés de la localidad. Se abren las puertas de la iglesia y los vecinos en masa sacan el estandarte de la virgen que pasean por todo el pueblo. Con fervor, con pasión. 

Lo más llamativo es que la alegría de los vecinos por ese acto se demuestra con vítores, pero, sobre todo, con el tronar de las descargas de decenas de escopetas de caza y de las explosiones cohetes que tiran al aire en el corto tramo que va desde el templo hasta la Plaza Mayor y aún después, bueno, durante todo el tiempo en el que el estandarte está y circula por las calles de Torrejoncillo. 

De la iglesia, el estandarte se lleva a la Plaza Mayo, apenas veinte metros, y se entrega el a un mayordomo ataviado de forma muy singular que lo recibe a lomos de un caballo. Los que se agrupan junto al mayordomo van vestidos también con unas camisas adornadas de puntillas muy trabajadas y muy vistosas que son el origen del nombre de la fiesta. Porque van encamisados. 

A partir de ahí, el estandarte recorre las calles de Torrejoncillo al grito de los vecinos. Y como la fiesta es en diciembre, y hace frío, mucho frío, se encienden unas hogueras de trecho en trecho, que contribuyen a dar calor a los vecinos que esperan el paso del estandarte. 

A esos fuegos se los llama ‘joritañas’ y son parte del ambiente nocturno de la celebración, al tiempo que cumplen una función en la propia fiesta. En las ‘joritañas’, los más pequeños queman sus ‘jachas’, haces de gamonitas que niños y abuelos han confeccionado en los días anteriores sólo para la ocasión. 

Tras algo más de dos horas de pasear el pendón por Torrejoncillo, la gran comitiva regresa en el mismo olor de multitud a la Iglesia Parroquial de San Andrés. 

Hay varias teorías que intentan explicar el origen de la fiesta, todas relacionadas con el ardor guerrero, de una u otra manera, lo cual explicaría la presencia atronadora de las escopetas y de las descargas de cohetería. 

Sea como sea, se trata de una fiesta muy singular que transcurre en poco tiempo y que se deja ver en la calle con pasión, entre gentes deseosas de participar. Se trata de una fiesta que se espera, que se desea, que se vive con vecinos y familiares. 

Y es que, el día siguiente está reservado para una ofrenda popular a la virgen y para un vistoso cortejo en el que los habitantes de Torrejoncillo se atavían con su vestidos tradicionales que es otra parte del espectáculo de la fiesta. 

Te la recomendamos. Si te animas a dejarte caer por Torrejoncillo en la noche de la fiesta, aquí te dejamos dos alojamientos en hostales en Cáceres y en Badajoz para que estés cómodo, y si, además, te gustan los lugares cómodos y con encanto. 

Dos establecimientos que hemos extraído del portal especializado de Quehostales.com. Toma nota. Husa Alcántara, en Cáceres, y el Hotel Condedu en este caso en Badajoz capital. 

La Concepción, enseña y vuelta y vuelta.